Utilizo la azotea como escenario y los protagonistas son elementos de uso común: botes, focos, platos, cacharros, el resultado es una transformación muy peculiar del espacio: observamos este territorio inmerso en una atmósfera inquietante que escapa de la realidad.
El conjunto de objetos que se comparten en un mismo espacio con otras personas que forman parte de una vida común, me hace reflexionar en el interior de estas imágenes y veo que existe una relación con mi familia a través de los objetos, en cierta manera,
estas imágenes son el retrato de una vida doméstica.
¿Qué objetos me pertenecen?, los que son útiles en el mundo cotidiano; el disponer de estos elementos fuera de su contexto, este acto carente de sentido recuerda a un juego infantil, un pasado distante.
Realicé este proyecto con una cámara estenopeica hecha con un cilindro de cartón, la cual manipula la imagen externa y logra una atmósfera enrarecida que aporta una cualidad plástica en esta serie de fotografías.